El Gobierno planteó un nuevo impuesto sobre los vehículos híbridos y eléctricos para financiar la construcción y el mantenimiento de carreteras, a medida que disminuyen los ingresos de los impuestos tradicionales a los combustibles.
La infraestructura vial se financia en parte con los impuestos a combustibles, como la gasolina y el diésel, que disminuirán a medida que más autos eléctricos salgan a la calle.
El Gobierno solicitó al Ministerio de Transporte que presente una propuesta a fin de año para hacer que el financiamiento vial sea más sostenible.
El nuevo impuesto consistirá en una cantidad fija por kilómetro conducido y categoría de vehículo. Sin embargo, aún resuelven cómo recaudar el impuesto, que entrará en vigencia a partir de 2030.
Se requiere una reforma constitucional, por lo que se enfrentará a un referéndum bajo el sistema suizo de democracia directa.
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